Ha trascendido que desde 2019 México ha estado donando millones de barriles de petróleo a Cuba y como muestra se ha dado a conocer que en junio le ha obsequiado 350 mil barriles y un mes después 700 mil, lo cual suma un millón con cincuenta mil barriles en dos meses.
Si en dos meses suman más de un millón de barriles, ¿Cuántos millones se habrán regalado sólo a Cuba en casi cinco años que lleva este gobierno?… ¿30 millones de barriles?
Nos hemos enterado de estas donaciones porque la canciller mexicana Alicia Bárcena reconoció a la agencia Bloomberg que nuestro país “evalúa opciones” para empezar a vender el petróleo que envía a Cuba. Sin embargo, las donaciones hasta ahora realizadas se han llevado a cabo a través de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Nación.
Se vuelve urgente que la presidencia de la república defina y transparente de forma sustentada y con documentos estas interrogantes.
Los reportajes periodísticos aclaran también que durante este 2023 México ha enviado a Cuba petróleo por 200 millones de dólares, sin saberse si fue en calidad de donación o en venta, lo cual ha sido una investigación realizada por el Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
La duda es si estos últimos envíos corresponden a un acuerdo bilateral o siguen siendo un “generoso regalo del pueblo de México” a la hermana república de Cuba.
¿Existe constitucionalmente esta atribución presidencial?
La generosidad se vuelve un valor que enaltece a un país que la práctica como respuesta de coyuntura a circunstancias fortuitas, como son los fenómenos climáticos y los desastres naturales, pero no como una actitud cotidiana.
Esto nos vuelve a enfrentar a una problemática nacional: ¿los países amigos del presidente son amigos de México?
De este modo volvemos a los cuestionamientos que han generado una confusa política exterior durante este gobierno, como lo ha sido la protección a un régimen dictatorial y absolutista, -como lo es el del autoritario mandatario nicaragüense Daniel Ortega-, que está violando derechos humanos para mantenerse en el poder.
Sin embargo, la tendencia de la comunidad internacional se ha manifestado como un rechazo a la legitimidad de ese gobierno sudamericano que ya lleva, -sumando los dos periodos que ha gobernado Ortega-, 26 años en el poder.
Por otra parte, la errática actitud del gobierno mexicano, que en la ONU respalda como víctima de una invasión rusa, a Ucrania, ni es clara ni comprometida. Sin embargo, en la práctica vemos que este gobierno de la 4T invitó a nuestra celebración del inicio independentista del cura Miguel Hidalgo, a un regimiento del ejército ruso, generando una polémica que culminó con la molestia de la representación de Ucrania en México, en voz de la embajadora Oksana Dramaretska, que lamentó la ambigüedad de la política exterior de México y la ofensiva invitación al ejército ruso para participar de nuestro más importante festejo nacional.
Hoy son tiempos de definiciones y la noticia que describe la protección de México hacia Cuba, Venezuela y Nicaragua, -que tanto conflicto generó a México durante la última Cumbre de las Américas, realizada en Estados Unidos-, es uno de tantos indicadores de la amistad del presidente López Obrador con los dictadores Miguel Díaz Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, la cual, manifestada públicamente, compromete a nuestro país.
¿A usted qué le parece?